Una medida de Seguridad Ciudadana

Como actuales asesores de seguridad que cumplimos funciones por más de 25 años en la Policía; actuábamos usualmente a partir de un hecho delictivo ya ocurrido y concreto, producto de lo anterior, adquirimos en el tiempo la experiencia necesaria respecto a la comisión de delitos, sus Modus Operandi y las consecuencias que acarrean este tipo de acciones para la comunidad; lo cual hoy nos permite acercarnos e instruir entorno a la cultura de auto-protección que debemos adoptar al interior de nuestro núcleo familiar y comunidad.

Tomar conciencia de la ola delictiva que afronta el país va más allá de efectuar críticas sociales al sistema. Nos referimos a la actitud proactiva entorno a la auto-protección que debo adoptar hacia mi entorno familiar en pro de evitar exponerse innecesariamente a factores de riesgos que posibilitan la ocurrencia de hechos no deseados que pueden derivar en un delito, o a cualquier hecho que pueda alterar nuestro sistema de vida.

Constantemente somos testigos de noticias que hablan de delitos que afectan a personas de distintas edades y sexo, a inmuebles, empresas, colegios etc etc., muchos de los cuales perfectamente pudieren haber sido evitados, si hubiéramos estados atentos a las condiciones del medio, actos y actitudes riesgosas o imprudentes, o bien si hubiéramos contado con la información necesaria fruto de experiencias ingratas que han afectado a otras personas y que han dado a lugar a estos hechos imprevistos y desagradables.

En este sentido, debemos señalar que la auto-protección es un llamado a estar alertas a no relajarnos, y es parte de una cultura preventiva que debemos siempre tener en cuenta ya que corresponde increíblemente al método más económico y rentable que existe en el combate de la delincuencia.

El saber reconocer un factor de riesgo que posibilita la comisión de un delito posibilita su prevención, por ejemplo, el uso descuidado de redes sociales, (llámense Facebook, Instagram, twiter, blog etc ) que pueden dar lugar a bullying, poner en conocimiento de extraños datos íntimos familiares; dejar la casa sola y sin avisar a los vecinos sin mayor cuidado, transitar a altas horas por lugares desolados, la conducción irresponsable, el abuso de alcohol, drogas, sexualidad, portabilidad descuidada de carteras y joyas en sectores concurridos, uso descuidado de tarjetas de crédito etc. etc. etc., son experiencias que idealmente deberían ser tratadas dentro de la familia y amistades para que sean de conocimiento general y asimilados a nuestros hábitos, rutinas y conductas.

Si manejamos estos conceptos podemos claramente identificar que la ocurrencia de un delito o bien de un hecho desagradable que pueda alterar nuestra normal convivencia, va a depender de tres variables que son la probabilidad de ocurrencia de un hecho, la exposición al factor de riesgo y finalmente las consecuencias.   Al momento de analizar un hecho delictivo siempre estas variables van a estar presentes, los delincuentes son calculadores y cada vez vemos que actúan más planificadamente para cometer un ilícito.

La invitación entonces es a trabajar en conjunto, fomentar la cultura de la auto-protección a través de la asociatividad y solidaridad entre vecinos, fomentar la conversación y replicar conocimiento en su núcleo familiar, sin lugar a duda que acciones que son sumamente baratas, de fácil implementación y efectivas.

 

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